Se trata de investigar la verdadera necesidad que tratamos de cubrir con deseos materiales o tangibles. Es decir, si nos planteamos los deseos que tenemos, ya sean materiales o de disfrute (un coche, un viaje, una pareja, ropa, una casa…) son deseos de cosas externas a nosotros, y con esos deseos pretendemos cubrir necesidades (que no suelen ser básicas, de supervivencia: alimentación, cobijo, abrigo…) de insatisfacciones internas, de realización personal: autoestima, seguridad en uno mismo, pertenencia…y esas necesidades nunca se cubren con cosas externas, por lo tanto si conseguimos eso que deseamos (a coste de mucho esfuerzo en ocasiones), por ejemplo el coche, al no conseguir cubrir la verdadera necesidad, en el ejemplo “sentirme seguro”, va a desembocar en frustración. Así que el ejercicio propone que reflexiones sobre cada uno de los deseos, para qué los quieres a priori, y luego que profundices el verdadero motivo que persigues con ese deseo, y yendo un paso mas allá, cómo puedes de verdad cubrir esa necesidad oculta.
Si quiero unos zapatos de marca no es porque esté descalzo, puede ser por múltiples razones: sentirme importante, pertenecer a una clase social para sentirme mejor, sentirme mas guapo… Y como ves esos “sentirme” no los cubro con unos zapatos, es un cambio interno el que debo procurar.
Si quiero una casa en la playa para desconectar, para sentirme libre, el sentirme libre no depende de una casa en la playa, es un sentimiento interno.